Huellas de Acahualinca
Las huellas de Acahualinca (entre el 232 y el 8 a. C.) se encuentran en Managua (Nicaragua), cerca de la ribera sur del lago Managua (o lago Xolotlán) en una zona llamada El Cauce.[1] Son huellas fósiles del periodo Holoceno tardío que fueron hechas por pobladores de la zona en la ceniza y el fango volcánicos que solidificaron hace 2120 años (±120), poco después de que un grupo de quince individuos pasaran por allí.[2] Las huellas de Acahualinca son una de las evidencias más antigua de existencia humana prehistórica en Nicaragua.
Se afirma a veces que la gente que dejó sus huellas en el lugar corría para escaparse de una explosión volcánica, pero la distancia entre las huellas indica que pasaron caminando.[3] También se en...Leer más
Las huellas de Acahualinca (entre el 232 y el 8 a. C.) se encuentran en Managua (Nicaragua), cerca de la ribera sur del lago Managua (o lago Xolotlán) en una zona llamada El Cauce.[1] Son huellas fósiles del periodo Holoceno tardío que fueron hechas por pobladores de la zona en la ceniza y el fango volcánicos que solidificaron hace 2120 años (±120), poco después de que un grupo de quince individuos pasaran por allí.[2] Las huellas de Acahualinca son una de las evidencias más antigua de existencia humana prehistórica en Nicaragua.
Se afirma a veces que la gente que dejó sus huellas en el lugar corría para escaparse de una explosión volcánica, pero la distancia entre las huellas indica que pasaron caminando.[3] También se encuentran huellas fosilizadas de varios animales, pero dado que se entrecruzan con las de los humanos, se sabe que no viajaban con estos.[4]
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